Trabajadores reiniciaron labores en la bahía Solimán de Tulum, a pesar de la clausura impuesta por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en una zona frágil de anidación de la tortuga marina.
Este día, según testimonios de vecinos del área, se observó que se hizo caso omiso al sello de clausura colocado por la Profepa el martes pasado. Se espera que los afectados recurran a medios legales, como la Ley de Amparo, tras presenciar la presencia de trabajadores en el sitio.
Los inspectores de la Profepa habían detenido temporalmente las labores del desarrollo Adamar Solimán el martes, debido a una orden emitida por un juzgado federal de Cancún por incumplimiento de una suspensión de amparo. La medida respondió a una denuncia de la asociación Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS) por la construcción que afectaba la anidación de tortugas marinas cerca del santuario de Xcacel Xcacelito.
A pesar de los procesos administrativos en curso, la Profepa se había negado previamente a clausurar el sitio, a pesar de la denuncia popular y las demandas de amparo interpuestas por DMAS y los residentes locales. La demanda de amparo indirecto 151/2024 ordenó a la Profepa clausurar el lugar, pero la dependencia no cumplió con la resolución. Este día, evidencias fotográficas confirmaron que el desarrollo continuaba sus actividades sin interrupción.
Las obras, que se realizaban sin permisos y a pocos metros de la zona de anidación y una reserva de manglar, debieron detenerse hace aproximadamente dos meses. Sin embargo, la falta de acción por parte de la Profepa ha generado preocupación entre los ambientalistas y la comunidad local ante el riesgo de daños irreversibles en este ecosistema delicado.