La iniciativa está orientada principalmente a migrantes venezolanos, aunque también ha beneficiado a personas de otras nacionalidades. Gracias a la colaboración con empresas locales, se ha logrado ofrecer empleo para repatriados en Quintana Roo, brindando así una nueva esperanza a quienes enfrentan condiciones adversas tras ser retornados.

Durante los últimos cuatro meses, el Consejo Internacional Sumando Venezuela, Asociación Civil (CISVAC), ha logrado colocar a 180 personas repatriadas en empleos formales en Quintana Roo. Este esfuerzo forma parte de un programa humanitario que busca reintegrar dignamente a migrantes que han sido devueltos a México.
Sectores clave y tipos de empleo disponibles
Los sectores en los que más se ha logrado insertar a los migrantes son hotelería, limpieza, construcción, restaurantes y servicios turísticos. CISVAC ha establecido alianzas con compañías que tienen necesidades laborales permanentes y que están abiertas a contratar a personas que, aunque no nacieron en México, buscan contribuir positivamente.
Este enfoque no solo ha ayudado a reducir la informalidad, sino que ha generado vínculos positivos entre las comunidades locales y los nuevos trabajadores, al tiempo que se fortalece la economía local.
Preparándose para una nueva oleada migrante en Quintana Roo
Marylin Torres Leal, fundadora de CISVAC, informó que se espera una oleada migrante en Quintana Roo durante agosto, impulsada por las recientes políticas migratorias de Estados Unidos. Ante esto, la organización ya prepara protocolos de atención, vinculación laboral, asesoría legal y contención emocional para las personas que lleguen al estado.
Impacto social y necesidad de apoyo gubernamental
Además de facilitar empleo, CISVAC ha impulsado actividades de capacitación, asesoría migratoria y acompañamiento emocional, elementos clave para una reintegración sostenible. Este enfoque integral ha fortalecido el tejido social en ciudades como Cancún, Playa del Carmen y Chetumal.
Las personas beneficiadas han comenzado a construir una nueva vida, con mayor estabilidad económica y emocional. Iniciativas como esta demuestran que, con voluntad social y coordinación, es posible transformar el dolor del retorno en oportunidades reales.