El pasado domingo, con una actuación estelar de Shai Gilgeous-Alexander, el Thunder de Oklahoma City se coronó como uno de los campeones de la NBA tras vencer 103-91 a los Pacers de Indiana en un emocionante séptimo juego. Este triunfo marca el segundo título en la historia de la franquicia, que anteriormente lo logró en 1979 como Sonics de Seattle.
Un partido cerrado que se definió en casa
Durante la primera mitad del encuentro, el marcador estuvo muy parejo, y los Pacers lograron irse al descanso con ventaja mínima de 48-47. Sin embargo, la lesión de su estrella Tyrese Haliburton en el primer cuarto debilitó al equipo visitante, afectando su ofensiva.
La remontada del Thunder en el tercer cuarto
A partir del tercer cuarto, el Thunder comenzó a dominar con una ofensiva poderosa, destacando una excelente cosecha de triples que desmoralizó a los Pacers. El equipo local aprovechó la energía del Paycom Center para asegurar la victoria y levantar el trofeo.
Protagonista clave en la victoria
Con 29 puntos, Shai Gilgeous-Alexander se convirtió en el Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales de la NBA. Su liderazgo en la duela fue fundamental para que Oklahoma City alcanzara este título histórico, consolidándose como una de las figuras más importantes de la liga.
Impacto para la franquicia y los aficionados
Este campeonato reafirma el crecimiento de los campeones de la NBA y brinda un nuevo capítulo de gloria para la ciudad y sus seguidores, que celebraron el regreso a la cima tras más de cuatro décadas.
Segundo título en la historia del Thunder
La franquicia había conquistado su primer campeonato en 1979, cuando aún era conocida como Sonics de Seattle. Este segundo título consolida a Oklahoma City como un referente en el baloncesto estadounidense.
La importancia del apoyo local
Jugar en casa fue clave para el Thunder, que utilizó la energía de su público en el Paycom Center para inclinar la balanza a su favor y asegurar la victoria final.