La fuente QR informa que el pasado 22 de junio de 2025, un terrorista suicida ataca una iglesia en Siria, desatando una tragedia que ha conmocionado a la comunidad internacional. El atentado tuvo lugar durante una misa en la iglesia Mar Elias, ubicada en Dweil’a, un suburbio de Damasco.

El atacante, identificado por las autoridades como miembro del grupo yihadista ISIS, ingresó al templo, abrió fuego contra los fieles y luego se inmoló con un chaleco explosivo, causando 22 muertes y 63 heridos. Entre las víctimas mortales se reportaron varios niños.
Contexto del ataque y consecuencias inmediatas
La explosión se produjo en medio de un servicio religioso con más de 350 asistentes. Testigos aseguran que hubo detonación de una granada y ráfagas de disparos antes de que el atacante se inmolara, generando un caos total. Este es el primer gran ataque en Damasco desde la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre pasado.
Los daños materiales en la iglesia fueron severos: los bancos de madera quedaron destrozados, las paredes salpicadas de sangre y la estructura del edificio gravemente afectada. El atentado fue descrito por el gobierno como un intento de “socavar la convivencia nacional”.

Alerta por reactivación del extremismo en Siria
Las autoridades han expresado creciente preocupación por el reagrupamiento de ISIS en la región. Aunque el grupo perdió su control territorial hace años, informes recientes indican que ha intentado orquestar múltiples atentados, lo que enciende las alarmas sobre la estabilidad del país.
Este ataque también ha generado indignación entre comunidades religiosas que, como los cristianos, han sido históricamente blanco de violencia. La situación deja en evidencia la vulnerabilidad de los cristianos perseguidos en el mundo, especialmente en regiones de conflicto.
La seguridad en Siria, en crisis
Con un gobierno interino encabezado por Ahmed al-Sharaa, la nación aún lucha por estabilizarse tras años de guerra. El ataque vinculado a ISIS revela las debilidades en materia de seguridad y el difícil panorama para las minorías religiosas.
Este evento ha motivado peticiones internacionales para que se refuercen las medidas de protección a iglesias y lugares de culto, además de acelerar la reconstrucción de los sistemas de defensa nacional.