Muere el papá de Federica y "Apio" Quijano

Muere el papá de Federica y “Apio” Quijano, Federica Quijano, integrante de Kabah, dio a conocer la noticia de la muerte de su papá, Eduardo Quijano de 78 años en sus redes sociales.

El viernes 18 de julio, Federica Quijano dio a conocer el deceso de su papá, Eduardo Quijano Alemán, a los 78 años.

El papá de la cantante y política y de su hermano “Apio” Quijano, pasó sus últimos meses en una residencia para adultos mayores. El anuncio fue hecho mediante su cuenta de Instagram, donde compartió varias fotos junto a él, desde su niñez hasta épocas recientes.

Muere Eduardo Quijano Alemán, papá de Federica Quijano de Kabah

“¡Pa! Sé que al final ya no estabas tú, sin embargo, se sentía tu presencia. Ayer te fuiste y sé que estarás mejor, cerca de tu mamá como siempre quisiste”, escribió Federica Quijano en redes sociales para despedir a su papá. Te llevo siempre en el corazón, gracias por darme la vida y por hacer lo mejor que pudiste. ¡Descansa en paz, Papi!”, escribió la ex diputada.

La despedida de Federica a su papá contrasta con los relatos previos de ella y su hermano, “Apio” Quijano, sobre la complicada relación que tuvieron con su papá.

Ambos han narrado en distintas entrevistas vivencias de abandono, consumo de sustancias y deterioro mental de Eduardo, que marcaron su infancia.

¿Cómo era la relación de Federica Quijano con su papá, Eduardo Quijano Alemán?

Federica contó que su padre los abandonó cuando eran pequeños y que vivió rodeado de excesos. “Hasta que se quedó sin casa, sin mujeres, sin dinero, sin nada… La única que lo recibió en su casa fui yo”, reveló la integrante de Kabah.

A pesar de esto, la también política de 53 años decidió darle alojamiento cuando él ya no tenía a dónde ir, aunque aceptó que la convivencia fue difícil: “Recibí a mi papá porque no tenía un solo peso, y a diario pedía ‘mi pijama lavada todos los días’, y usaba a mi chofer, y usaba esto (sus cosas), porque yo viajaba”, recordó.

Con los años, Eduardo Quijano empezó a mostrar síntomas de esquizofrenia y demencia senil. Esto llevó a Federica a ingresarlo a una casa para adultos mayores, donde costeó todos los gastos y medicamentos, pero optó por no volver a visitarlo: “No me importa si soy mala hija o no lo soy, pero a mí no me hace bien y no quiero verlo… de todas maneras nunca fue”, confesó anteriormente.

La relación de Apio Quijano con su papá: llegó al hospital con su novia el día que nací

Apio Quijano también ha contado anécdotas sobre el abandono emocional que vivieron por parte de su papá. Al ser parte del reality show La Casa de los Famosos, el cantante de 48 años contó que su padre se olvidaba de que tenía hijos.

“Pasaban días sin que fuera a vernos y nosotros no teníamos nada que comer. Nos dormíamos los tres abrazados porque teníamos mucho miedo”, aseguró.

Federica recordó otro momento doloroso: “El día que nació Apio, mi papá llegó al hospital con su novia”, lo que causó que su abuelo lo echara para que la mamá de los cantantes no se enterara.

La mamá de ambos también se alejó de ellos al estar con su segundo esposo, Edilberto, dejando a Federica, Apio y Eduardo Jr. bajo el cuidado de su padre, con quien nunca habían convivido. “Se le olvidaba que estábamos ahí y nos quedábamos solitos los tres durante semanas”, relató Federica.

¿Quién fue Eduardo Quijano, papá de Federica y ‘Apio’ Quijano?

Eduardo Quijano Alemán fue psicoanalista y ex golfista profesional. Su vida estuvo marcada por trastornos mentales y adicciones. Perdió a su madre a los 12 años, hecho que lo motivó a estudiar psicoanálisis.

Tuvo al menos tres hijos: Federica, Apio (cuyo nombre real es Héctor André Quijano Tapia) y Eduardo Jr. La mamá de los tres es Janine Patricia Tapia, quien también ha sido señalada por sus hijos como una figura ausente en varias etapas de su infancia.

A pesar de las heridas, el mensaje de Federica Quijano tras la muerte de su papá muestra que la cantante logró hacer un cierre emocional. La muerte de su padre no solo pone fin a su vida, sino también a un capítulo familiar lleno de dolor, supervivencia y, al final, perdón.