Kimberly Cheatle dimite de su cargo una semana después del atentado contra el expresidente en un mitin en Pennsylvania, señalando el fallo como el mayor error operativo de la agencia en décadas.
La jefa del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, presentó su renuncia hoy, a solo una semana del intento de asesinato que sufrió el líder republicano Donald Trump durante un mitin en Pennsylvania, según informó MSNBC. Este incidente ha sido calificado por Cheatle como el “fallo operativo más significativo” de la agencia en décadas.
En su comparecencia ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, Cheatle asumió toda la responsabilidad por los errores de la agencia relacionados con el atentado del 13 de julio en Pennsylvania. “El 13 de julio fracasamos”, declaró Cheatle, asumiendo la culpa por las fallas en la seguridad durante el evento.
La renuncia de Cheatle se produjo tras varios llamamientos de los legisladores, especialmente de la oposición republicana, que había pedido su dimisión debido a su responsabilidad en la seguridad de Trump. La cadena NBC, citando a tres fuentes familiarizadas con el tema, adelantó la noticia de su renuncia.
El incidente ocurrió cuando Trump fue herido de bala en una oreja mientras participaba en un mitin en Butler, Pennsylvania. El atacante, un joven de 20 años cuyos motivos aún se desconocen, había trepado a un tejado a unos 140 metros del expresidente, fuera del perímetro de seguridad. A pesar de las advertencias de los testigos sobre la presencia sospechosa del agresor dos minutos antes de los disparos, el atacante logró abrir fuego antes de ser abatido por agentes del Servicio Secreto.
Durante la audiencia en el Congreso, los republicanos expresaron su descontento con Cheatle por negarse a responder la mayoría de sus preguntas, alegando la existencia de varias investigaciones en curso. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), del cual depende el Servicio Secreto, anunció el inicio de una investigación independiente, ordenada por el presidente Joe Biden, para esclarecer lo ocurrido. Esta investigación, que deberá concluir en un plazo de 45 días, estará a cargo de miembros de ambos partidos.
Entre los encargados de la investigación se encuentran Janet Napolitano, exsecretaria de Seguridad Nacional durante el mandato de Barack Obama (2009-2017), y Frances Townsend, exasesora de Seguridad Nacional bajo la administración de George W. Bush (2001-2009).
La renuncia de Kimberly Cheatle y la consecuente investigación buscan identificar los errores y mejorar los protocolos de seguridad para evitar futuros incidentes similares. El ataque contra Trump ha generado una serie de cuestionamientos sobre la eficacia del Servicio Secreto y la necesidad de reforzar las medidas de protección para figuras públicas de alto perfil.