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martes, febrero 4, 2025

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Airbnb se consolida como competencia directa de los hoteles en Quintana Roo

El auge de las plataformas de renta vacacional, como Airbnb, ha transformado lo que comenzó como una economía colaborativa en un negocio hotelero, lo que hace necesaria una regulación que equipare a estos alojamientos con los centros de hospedaje tradicionales.

Las rentas vacacionales, a través de plataformas como Airbnb, han dejado de ser una simple economía colaborativa para convertirse en una industria hotelera con grandes ganancias. Un estudio realizado por la consultora Starc en Cancún revela que algunos propietarios pueden obtener más de 2.7 millones de dólares en un solo año. Esta cifra destaca la necesidad de una regulación más estricta, similar a la que enfrentan los hoteles, para equilibrar el terreno de juego en este mercado.

Francisco Madrid Flores, director de Starc, explicó que, según su investigación, los anfitriones de estas plataformas poseen, en promedio, 2.7 propiedades. Este hecho distorsiona el concepto de “autoempleo”, ya que los propietarios ahora operan un negocio considerable. Por lo tanto, la regulación de estas rentas vacacionales se hace urgente, con el fin de poner las mismas reglas para todos los actores del sector turístico.

El análisis también identificó a tres propietarios con menos de 100 unidades vacacionales que superaron los 2.7 millones de dólares en ingresos. Esta información refleja cómo el mercado ha evolucionado hacia una actividad comercial, en lugar de una actividad compartida entre individuos.

Aunque inicialmente las plataformas como Airbnb se presentaron como una economía colaborativa, hoy en día se han convertido en un mercado altamente competitivo y, en algunos casos, desigual. El informe de Starc indica que, en el último año, se registraron 21,750 unidades que ofrecieron alojamiento mensual, de las cuales 7,500 pertenecen a propietarios que poseen un promedio de 2.7 unidades cada uno.

“Esto demuestra que no estamos ante una economía colaborativa, sino ante un negocio en toda regla. El hecho de que un solo propietario pueda generar más de 2.7 millones de dólares al año subraya la necesidad de una regulación adecuada”, comentó Madrid.

Además, en el marco de las propuestas para el Plan de Desarrollo, se destacó la necesidad de incorporar regulaciones para las plataformas de renta vacacional. Aunque no se busca eliminar estas opciones, las autoridades consideran que deben ajustarse a normativas similares a las que deben cumplir los establecimientos tradicionales de hospedaje. Actualmente, las plataformas de alquiler vacacional están exentas de trámites como el pago del Impuesto al Hospedaje, la obtención de licencias de funcionamiento y el registro en un sistema estatal.

De acuerdo con los cambios en la Ley de Turismo en Quintana Roo, los centros de hospedaje deben pagar un 6% de Impuesto al Hospedaje y cumplir con diversos requisitos. Sin embargo, las propiedades en renta vacacional, que se construyen como cualquier otro edificio, a menudo no pasan por los estudios de impacto ambiental o urbanístico que deberían ser obligatorios. Esta disparidad ha generado la necesidad de un marco regulatorio más justo para todos los actores del sector turístico.

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