La tranquilidad matutina fue interrumpida cuando Japón emite alerta de tsunami tras un sismo de magnitud 8.7 cerca de la península rusa de Kamchatka. Aunque el movimiento fue leve en territorio japonés, las autoridades activaron protocolos de emergencia ante el riesgo de olas.
Alerta de tsunami encendida en costas japonesas
La Agencia Meteorológica de Japón informó que Japón emite alerta de tsunami luego de que un terremoto submarino sacudiera el Pacífico norte, aproximadamente a 250 kilómetros al este de Hokkaido. El movimiento telúrico ocurrió a las 8:25 a. m. (hora local) y alcanzó una magnitud preliminar de 8.7.
El epicentro se ubicó a una profundidad de 19.3 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Aunque no se reportaron daños materiales ni víctimas, las autoridades decidieron emitir un aviso por precaución ante la posibilidad de que se generen olas de hasta un metro de altura en la costa sur de Hokkaido y otras regiones costeras.
Cambios leves pero peligrosos
Las autoridades advierten que otras áreas del archipiélago también podrían experimentar variaciones en el nivel del mar. Esto incluye la isla de Shikoku, el centro y suroeste de Japón, y la región de Okinawa. En estos puntos, se esperan olas menores de hasta 20 centímetros, pero igualmente representan un riesgo para embarcaciones y actividades costeras.
El impacto sísmico en tierra firme fue leve
Pese a su magnitud, el sismo se sintió débilmente en Japón. Según la escala sísmica japonesa, alcanzó el nivel 2 en las ciudades de Kushiro, Akkeshi, Shibetsu y Betsukai, todas ubicadas en la región sureste de Hokkaido.
El sismólogo Shinichi Sakai, de la Universidad de Tokio, explicó que los terremotos lejanos pero poco profundos tienen el potencial de generar tsunamis que afectan a Japón, incluso si no provocan un fuerte temblor en la superficie.
Japón: un país acostumbrado a la actividad sísmica
Japón se encuentra en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona sísmicamente activa donde ocurren aproximadamente el 20% de los terremotos del mundo. Esta condición geológica convierte al país en uno de los más preparados para enfrentar este tipo de fenómenos, pero también en uno de los más vulnerables.