Este lunes se activó oficialmente el arancel al jitomate impuesto por el gobierno de Estados Unidos a las importaciones provenientes de México, lo que ya genera reacciones en ambos lados de la frontera. Con un impuesto del 20.91%, el jitomate mexicano será ahora más caro en el país vecino, afectando tanto a productores como a consumidores.
EE.UU. busca proteger a sus productores locales
El Departamento de Comercio estadounidense informó que la imposición del arancel responde a la retirada de un acuerdo previo con México, debido a que —según su postura— este no garantizaba protección adecuada a los agricultores de jitomate estadounidenses, especialmente en Florida.
El arancel al jitomate había sido anunciado desde abril, pero es hasta ahora que entra en vigor con un impacto inmediato en el comercio binacional.
Jitomate mexicano representa el 70% del mercado en EE.UU.
Actualmente, México provee el 70% de los jitomates que se consumen en Estados Unidos. Este cambio podría provocar un encarecimiento de hasta 10.5% en los precios minoristas, de acuerdo con Tim Richards, profesor de la Escuela de Agronegocios Morrison de la Universidad Estatal de Arizona.
Aunque algunos sectores agrícolas de EE.UU. celebran la medida, argumentando que ayudará a revitalizar su industria local, los consumidores y cadenas de supermercados advierten sobre el incremento en los precios de un alimento básico.
Industria del jitomate genera más de un millón de empleos
Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), México produce más de 3.4 millones de toneladas de jitomate al año, lo que representa una fuente clave de empleo: 400 mil directos y más de un millón de forma indirecta.
Desde el gobierno mexicano se teme que el arancel dañe gravemente esta industria, que ha sido una de las más exitosas en exportaciones agrícolas hacia Estados Unidos.
Acuerdo de 2019 ya había frenado una guerra arancelaria
En 2019, México y EE.UU. alcanzaron un acuerdo para evitar una investigación antidumping durante la primera administración de Donald Trump. Sin embargo, con la nueva postura del gobierno actual, dicho acuerdo quedó sin efecto, reactivando tensiones comerciales entre ambos países.
Este conflicto reabre el debate sobre los mecanismos de protección comercial, la dependencia alimentaria y el equilibrio en los tratados bilaterales.