La fuente QR informa que la nueva variante COVID NB.1.8.1 preocupa a la (OMS) Organización Mundial de la Salud, tras su rápida propagación internacional. Esta nueva cepa, identificada en enero de 2025 en China, ha generado inquietud por su capacidad de evasión inmunológica y su presencia en más de 22 países, incluidos Estados Unidos y varias naciones de Asia.

¿Qué es la variante NB 1.8.1 del COVID?
Esta cepa pertenece a la familia de Ómicron y ha sido catalogada por la OMS como “variante bajo monitoreo”. Su comportamiento muestra una mayor facilidad de contagio, debido a múltiples mutaciones que la hacen más efectiva para infectar células humanas. La nueva variante COVID NB.1.8.1 preocupa a la OMS ya cobra sentido ante el aumento de hospitalizaciones en algunos países.
Síntomas comunes de la NB.1.8.1
Los síntomas asociados con la NB.1.8.1 son similares a otras variantes de Ómicron. Entre ellos se encuentran fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, pérdida del gusto u olfato, vómito y diarrea. Su duración es breve (3 a 5 días), pero la velocidad de contagio ha generado atención global.
¿Por qué preocupa a la OMS?
La nueva variante COVID NB.1.8.1 se fundamenta en tres aspectos principales:
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Su potencial de evasión parcial a la inmunidad de vacunas o infecciones previas.
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Aumento de hospitalizaciones en regiones específicas.
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Impacto posible en sistemas de salud colapsados.
La Organización Mundial de la Salud ha pedido reforzar las campañas de vacunación y retomar algunas medidas sanitarias, como uso de cubrebocas y ventilación adecuada.
Medidas y vigilancia internacional
A pesar de que el riesgo global aún es catalogado como “bajo”, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda:
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Seguir campañas de vacunación.
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Uso de mascarillas en espacios cerrados o con síntomas.
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Monitoreo activo por parte de los sistemas de salud pública.
Es crucial que los gobiernos mantengan la vigilancia genómica y compartan datos con la comunidad internacional para evitar otra crisis sanitaria global.