El presidente Trump sube aranceles del acero y se convierte en un punto central para comprender las políticas proteccionistas de su administración. Esta medida representa un golpe directo a los mercados internacionales y a los países que dependen de exportar acero a EE. UU.
El 3 de junio de 2025, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que aumentó los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio del 25% al 50%. Esta política se enmarca bajo la Sección 232 del Acta de Expansión Comercial de 1962, alegando riesgos a la seguridad nacional.

Objetivos estratégicos detrás del aumento arancelario
Según la Casa Blanca, el motivo principal para que Trump suba los aranceles del acero es frenar la sobreproducción global, en especial de países como China. El objetivo es proteger empleos y revitalizar la industria metalúrgica nacional.
El gobierno argumenta que la competencia desleal ha debilitado al sector estadounidense. La medida pretende estabilizar el mercado interno frente a los bajos costos internacionales.
Reacciones internacionales: tensión comercial al alza
Diversos países han manifestado su rechazo. Canadá y México estudian represalias económicas. La Unión Europea se mostró preocupada por el posible inicio de una nueva guerra comercial.
En un comunicado, Bruselas advirtió que los aranceles del acero podrían dañar la recuperación económica global. De forma paralela, expertos advierten sobre un incremento en el precio de productos como automóviles y electrodomésticos.
Excepciones, consecuencias económicas y escenarios futuros
El Reino Unido obtuvo una exención temporal que mantiene los aranceles en 25% hasta el 9 de julio de 2025, mientras se cierra un acuerdo bilateral con EE. UU. Esta decisión se relaciona con el Acuerdo de Prosperidad Económica firmado recientemente.
En contraste, otros países verán aumentos inmediatos. La frase clave Trump duplica aranceles del acero se ha vuelto tendencia en medios financieros. La medida podría disparar los costos de manufactura en EE. UU. y provocar una caída en el empleo industrial.
La decisión de que Trump suba los aranceles del acero al 50% es un paso más hacia una política comercial agresiva. Mientras algunos celebran la protección industrial, otros temen por el impacto económico global. Lo cierto es que este movimiento reconfigura el tablero del comercio internacional en pleno año electoral.