La demanda a Mr. Beast ha generado un fuerte debate en redes sociales y medios nacionales luego de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) acusara a su equipo de usar patrimonio cultural mexicano con fines comerciales sin autorización expresa. Este hecho ha encendido alarmas sobre el respeto al legado arqueológico y las regulaciones que protegen los sitios históricos del país.
¿Por qué se presentó la demanda a Mr. Beast?
El origen de la demanda a Mr. Beast radica en la grabación del video “Sobreviví 100 horas dentro de un templo antiguo”, en el que el popular youtuber utilizó las zonas arqueológicas de Calakmul y Chichén Itzá como escenario para promocionar productos comerciales como chocolates Feastables, carne seca Jack Link’s y tiendas como Walmart y 7 Eleven.
Aunque su equipo contaba con un permiso emitido por el INAH para la grabación, dicho documento no contemplaba ni aprobaba el uso de imágenes con fines publicitarios ni la difusión de mensajes comerciales dentro del contenido. La institución ha señalado posibles sanciones administrativas contra la productora Full Circle Media, representante legal del youtuber.
Uso indebido del patrimonio cultural
La grabación fue monitoreada por autoridades y medios, quienes documentaron minuto a minuto la producción. En el metraje, se observa a Mr. Beast despidiéndose del sitio arqueológico mientras muestra una caja de chocolates, promocionando explícitamente productos que no fueron aprobados para ese contexto.
Según el INAH, esto representa una violación a los términos del permiso, ya que ninguna autorización avaló el uso de imágenes para fines de lucro. El reclamo exige un resarcimiento de daños por haber utilizado zonas protegidas para promover marcas comerciales internacionales.
Reacciones del gobierno federal
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, pidió al INAH aclarar si el influencer tenía los permisos adecuados para grabar en Calakmul y Chichén Itzá. En respuesta, la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, expresó en sus redes sociales su desaprobación hacia cualquier uso comercial que distorsione el valor histórico de las zonas arqueológicas.
Desde su postura, enfatizó que el gobierno está abierto a producciones audiovisuales que promuevan el conocimiento, pero no a aquellas que aprovechen el patrimonio para fines lucrativos, como ocurrió en este caso.
“Estamos en desacuerdo con quienes se aprovechan de la buena disposición de las instituciones para violentar los términos de las autorizaciones otorgadas”, sentenció.
Defensas a favor del influencer
Por otro lado, Layda Sansores, gobernadora de Campeche, defendió públicamente a Mr. Beast a través de su cuenta oficial. Agradeció su visita por el impacto económico y turístico generado en las comunidades locales y aseguró que el equipo del creador actuó con responsabilidad y respeto, cumpliendo los trámites legales ante el INAH y otras autoridades.
Además, Sansores retó abiertamente a la Secretaría de Cultura, afirmando que el gobierno estatal asumía toda la responsabilidad sobre la producción y las decisiones tomadas para mostrar al mundo la riqueza cultural de la región.
Repercusiones mediáticas tras la demanda
Las implicaciones de la demanda podrían ir más allá de una sanción administrativa. Diversos especialistas en derecho cultural han señalado que este caso sentará un precedente para futuras colaboraciones entre creadores de contenido y entidades del patrimonio nacional.
Este tipo de conflictos resalta la importancia de la regulación y vigilancia constante sobre el uso comercial del legado arqueológico, especialmente cuando se trata de figuras de alcance global como Mr. Beast.
¿Qué viene después para Mr. Beast y su equipo?
De comprobarse el mal uso del permiso otorgado, Full Circle Media podría enfrentar consecuencias legales o multas por parte del INAH. Además, el debate plantea nuevas preguntas sobre cómo regular la presencia de influencers y marcas en sitios protegidos, sin impedir la promoción turística pero sí evitando el lucro indebido.