La fuente QR – Un caso viral en redes ha expuesto una situación que duele y enfurece: una empresa niega permiso a trabajador para acompañar a su hijo enfermo en una cirugía crítica. El resultado fue trágico. El menor falleció mientras su padre seguía cumpliendo con su turno, porque no había nadie que lo sustituyera. Esta historia, contada en TikTok, revela una profunda crisis de humanidad en entornos laborales donde el bienestar del trabajador no es prioridad.
La empresa priorizó el turno, no la vida
Cuando el trabajador solicitó permiso para ausentarse por la salud de su hijo, la respuesta fue devastadora: la empresa niega permiso a trabajador sin contemplaciones. Alegaron que no había suplentes disponibles y que debía quedarse. Esa decisión, simple para los administradores, tuvo consecuencias irreversibles para una familia rota por el dolor.
Esta es una clara muestra de cómo muchas organizaciones aún no entienden la dimensión humana de sus empleados. No sólo eso, la empresa no permitió salir a empleado ni le dio facilidades para enfrentar la crisis.
Ni 200 quetzales pudo recibir como adelanto
Aun en medio de la emergencia médica, el padre pidió un adelanto de 200 quetzales para apoyar los gastos de la cirugía. También le fue negado. Mientras su hijo entraba al quirófano, él continuaba trabajando sin poder estar a su lado. El desenlace fue devastador: hijo muere mientras padre trabajaba, sin posibilidad de despedirse ni brindarle consuelo.
El dolor no es un caso aislado
Este hecho no es un caso único. Miles de trabajadores viven a diario experiencias de explotación laboral, donde se enfrentan a jefes sin empatía, políticas rígidas y un sistema que los trata como piezas reemplazables. Historias como esta deben hacernos reflexionar y exigir reformas urgentes en las políticas de recursos humanos.
Además, empresa niega permiso a trabajador por motivos personales o familiares con frecuencia, reflejando una cultura laboral que castiga la vulnerabilidad y niega la compasión.
¿Qué estamos priorizando?
Este caso nos deja una enseñanza clara: ninguna producción, venta o meta trimestral debería valer más que una vida. Las empresas deben crear entornos donde el trabajo se humanice. La salud mental, la familia y la dignidad deben ser pilares, no obstáculos.