La fuente QR confirma que el volcán Kīlauea entra en erupción en Hawái, un evento registrado el 6 de agosto de 2025 que marca el episodio 30 dentro de la actual fase eruptiva en el cráter Halemaʻumaʻu. Esta nueva actividad fue precedida por una serie de pequeñas explosiones y flujos de lava que se intensificaron durante la madrugada.
🇺🇸 | El volcán Kilauea en Hawaii entra en erupción: pic.twitter.com/Yb2f0Y0oj6
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) August 6, 2025
¿Qué provocó la nueva erupción del Kīlauea?
Minutos antes de la erupción, el USGS detectó fases de spatter (salpicaduras de lava) y desbordes menores en el cráter Halemaʻumaʻu. Todo evolucionó rápidamente hacia un comportamiento eruptivo más violento, comenzando oficialmente a la 1:20 a.m.
También se registraron movimientos sísmicos, deformaciones del terreno y señales de presión interna que indicarían la posible apertura de nuevas grietas o conductos subterráneos.

Peligros ambientales: gases, ceniza y lava
Aunque el volcán Kīlauea entra en erupción en Hawái, la actividad permanece contenida dentro del Parque Nacional de los Volcanes. Las zonas habitadas y los aeropuertos como KOA e ITO no están en riesgo inmediato.
Sin embargo, los gases volcánicos como el dióxido de azufre (SO₂) representan una amenaza para visitantes, ya que pueden formar vog (niebla volcánica) y dispersar fragmentos como el vidrio volcánico conocido como Pele’s hair, además de cenizas finas que afectan ojos, piel y vías respiratorias.
La erupción volcánica en el cráter Halemaʻumaʻu generó fuentes de lava de más de 90 metros de altura y columnas de ceniza que podrían alcanzar hasta 6,000 metros.
¿Hay alerta para residentes o turistas?
Actualmente, se mantiene una alerta naranja por actividad volcánica en Hawái, lo que implica vigilancia constante y precauciones para visitantes del parque. No se han ordenado evacuaciones, pero las autoridades recomiendan monitorear actualizaciones del USGS.
La fase eruptiva comenzó en diciembre de 2024 y ha presentado actividad intermitente desde entonces, con una frecuencia creciente en los últimos meses.
Impacto ambiental y monitoreo científico
Especialistas del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) continúan monitoreando el evento en tiempo real, utilizando imágenes térmicas, sensores sísmicos y drones. Las deformaciones del terreno sugieren que podrían surgir nuevas aberturas si la presión interna continúa aumentando.