La semana pasada, tras el incidente en Texas, SpaceX solicita apoyo a Sheinbaum tras explosión, luego de que fragmentos de su cohete Starship terminaran dispersos en el sur de Tamaulipas. La empresa de Elon Musk exige la recuperación de metales, plásticos y tanques presurizados que considera de su propiedad. A pesar de afirmar que no representan peligro toxicológico, las autoridades mexicanas han comenzado una investigación formal.

Impacto ambiental de los restos espaciales
Los fragmentos llegaron hasta Playa Bagdad en Matamoros, el lecho del Río Bravo y una franja costera de más de 40 kilómetros. Entre los objetos hallados hay tanques con restos de fósforo, lo cual preocupa por su potencial explosividad al contacto con el aire. A ello se suma el hallazgo de aluminio, plástico y envases presurizados.
Organizaciones ambientales, como Conibio Global, han advertido del riesgo que representa esta basura para especies vulnerables, como la tortuga Lora, ya que podrían ingerir accidentalmente los residuos. Hasta ahora, se ha recolectado más de una tonelada de escombros.
México responde a SpaceX
Claudia Sheinbaum confirmó que existe contaminación ambiental por los restos del cohete y ordenó una revisión legal con alcance internacional. Se analiza proceder ante la ONU o tribunales ambientales por posibles daños ecológicos, mientras las dependencias como la Profepa y la Secretaría de Medio Ambiente realizan evaluaciones técnicas.
Esto se relaciona directamente con la postura diplomática que México podría tomar en los próximos días, especialmente si SpaceX insiste en ejercer su supuesto derecho a la recuperación.

Legalidad y distancia internacional en juego
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, exigió revisar si la base de lanzamiento de SpaceX en Texas cumple con las distancias internacionales de seguridad. La posible explosión de Starship en Texas ha reavivado los debates sobre la responsabilidad de las empresas privadas frente a los daños transfronterizos provocados por sus actividades espaciales.
Además de los riesgos ecológicos, el hecho de que estos restos hayan cruzado la frontera sin control genera interrogantes en materia de soberanía y protección ambiental internacional.
SpaceX minimiza riesgos y ofrece ayuda
En un comunicado emitido en la red social X (antes Twitter), SpaceX sostiene que los restos no representan un riesgo para la salud o el medio ambiente. Asegura haber realizado pruebas independientes que descartan toxicidad, aunque reafirma su intención de recuperar los materiales.
La empresa también ofreció apoyo logístico para las tareas de limpieza en coordinación con las autoridades mexicanas. Sin embargo, el gobierno mexicano aún no ha definido si dará acceso o tomará una vía legal ante lo que ya se considera un incidente internacional.