La fuente QR – Después de varios días de tensión y demandas por parte de vecinos y del legítimo propietario, finalmente vecinos logran expulsar invasoras tras días de tensión en una vivienda que había sido invadida ilegalmente en la Comunidad de Sant Antoni, Portmany. Este episodio, que generó molestia e incertidumbre en el barrio, culminó con un desalojo pacífico y simbólico.
#Tamaulipas | Después de varios días de tensión y demandas por parte de los legítimos propietarios y vecinos, las personas que habían invadido una vivienda finalmente abandonaron el lugar.
Los vecinos, visiblemente aliviados y unidos por una misma causa, despidieron a las… pic.twitter.com/l0EB7NnLvT— El Mañana de Reynosa (@elmananarey) July 7, 2025
Unidad vecinal y respuesta comunitaria
Los vecinos se mostraron visiblemente aliviados y unidos por una causa común. Se congregaron frente a la propiedad y, cuando las invasoras abandonaron el inmueble, les despidieron con aplausos irónicos y palabras de celebración. Esta reacción ejemplifica cómo la presión social puede ser fundamental para resolver conflictos de este tipo.
La participación activa de la comunidad fue determinante para el resultado positivo, donde el eco vecinal funcionó como motor para que finalmente se concretara el desalojo.

Intervención policial y respaldo legal
Las fuerzas de seguridad, incluyendo la Guardia Civil y la Policía Local, intervinieron para acompañar a las invasoras fuera de la vivienda. El propietario presentó una denuncia por delito de usurpación, y se iniciaron los trámites legales correspondientes para el seguimiento judicial.
Este desalojo de vivienda invadida contó con apoyo institucional que permitió que el proceso fuera ordenado y sin enfrentamientos mayores.
Apoyo social y medidas posteriores
Paralelamente, los servicios sociales se activaron para gestionar el alojamiento temporal de las desalojadas, buscando evitar que quedaran en situación de vulnerabilidad inmediata. Esta mediación social es clave en casos donde se busca resolver conflictos sin generar daños mayores a las personas involucradas.
La invasión ilegal de casa en Sant Antoni ha quedado atrás, pero se mantienen procesos judiciales y sociales para evitar futuros incidentes similares y proteger la convivencia en la comunidad.