Un promedio de 300 mil pesos diarios es lo que los hombres apuestan en los casinos de Cancún, siendo la ludopatía el principal factor detrás de este fenómeno.
Los casinos en Cancún registran apuestas diarias que oscilan en cientos de miles de pesos, mayormente por parte de hombres, quienes constituyen el 70% de la clientela, mientras que el 30% restante son mujeres, según Julio César Porras, director operativo de un reconocido casino en la ciudad. Porras indicó que los hombres apuestan grandes cantidades debido a la ludopatía, una adicción a los juegos de azar que afecta de forma considerable a quienes la padecen.
El perfil de los jugadores que asisten a los casinos cancunenses es diverso en cuanto a nivel de apuesta. Porras explicó que el promedio diario de un jugador de mediana apuesta se sitúa en alrededor de 10 mil pesos, mientras que los jugadores de alta apuesta llegan a apostar entre 200 mil y 300 mil pesos al día. Los jugadores de baja apuesta, por su parte, manejan montos más modestos, que varían entre los 500 y mil pesos diarios.
La ludopatía es un problema que no distingue género ni edad, aunque en Cancún la mayoría de los jugadores tienen entre 40 y 50 años. Sin embargo, no es inusual encontrar a jóvenes menores de 25 años y a personas mayores de 70 que también participan en estos juegos de azar. Este amplio rango de edades refleja la gravedad de la adicción, que afecta a distintos grupos de la población.
Dentro de los casinos, es común ver a las personas adoptando conductas peculiares mientras juegan, como “bendecir” la pantalla de las máquinas tragamonedas, trazando una cruz con la esperanza de ganar. Otras veces, los jugadores expresan su frustración al perder, hablando consigo mismos o con la máquina. Sin embargo, también se observa a personas que disfrutan de manera relajada, conscientes de que en los juegos de azar nada está garantizado.
Porras mencionó que algunos clientes permanecen durante largas horas en el casino, incluso hasta el amanecer, mientras que otros prefieren ir después de su jornada laboral. Durante su estancia, muchos disfrutan de una bebida, un cigarrillo o un aperitivo mientras se sumergen en el mundo de las apuestas. Para algunos, el casino se ha convertido en un refugio, un escape de la rutina cotidiana, donde encuentran un espacio para desconectar.
La ludopatía, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un trastorno psicológico, empuja a las personas a jugar y apostar de manera compulsiva. Esta adicción no solo afecta el bienestar financiero de quienes la padecen, sino que también tiene un impacto significativo en su vida emocional y social.
En Cancún, donde las apuestas de grandes sumas de dinero son frecuentes, la ludopatía sigue siendo un problema en crecimiento. Las personas que se ven atrapadas por esta adicción a menudo encuentran en los casinos un oasis, pero las consecuencias pueden ser devastadoras para ellos y sus familias.