Conservadores, yunquistas y partidos extintos buscan su lugar en el panorama político nacional.
Este miércoles inició el proceso para la creación de nuevos partidos políticos nacionales en México. Desde agrupaciones con ideologías conservadoras y yunquistas, hasta organizaciones sin una ideología definida y partidos que buscan renacer tras haber perdido su registro, el Instituto Nacional Electoral (INE) está listo para recibir solicitudes de intención por parte de decenas de aspirantes.
A partir de este 8 de enero y hasta el día 31, las organizaciones interesadas podrán formalizar su intención de registro ante la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE. En esta etapa, deberán presentar un nombre preliminar para su partido. En marzo, la Secretaría Ejecutiva informará al Consejo General cuáles de estas solicitudes cumplen con los requisitos mínimos para continuar con el proceso.
El reto de obtener apoyo ciudadano
Las organizaciones que logren avanzar tendrán un año para cumplir con dos requisitos clave: demostrar que cuentan con el apoyo de al menos 256,030 personas, equivalente al 0.26% del padrón electoral federal, y realizar al menos 20 asambleas estatales o 200 distritales. Si logran superar estas metas, podrán presentar formalmente su solicitud de registro en febrero de 2026.
Sin embargo, el camino no es fácil. En el último proceso de 2019-2020, 106 organizaciones manifestaron su intención de convertirse en partidos políticos. De ellas, solo siete llegaron a la etapa de solicitud tras cumplir con los requisitos, y únicamente tres obtuvieron su registro como partidos. A pesar de esto, su existencia fue breve, ya que ninguno logró superar el 3% de votación mínima en las elecciones y perdieron su registro.
En este nuevo proceso 2025-2026, varias figuras y organizaciones ya han manifestado su intención de participar. Entre ellas destaca el Frente Cívico Nacional, liderado por el ex perredista Guadalupe Acosta Naranjo, quien aseguró que su partido buscará defender causas y valores sin alinearse a una ideología fija. Comparando su proyecto con el surgimiento de Morena en 2015, Acosta Naranjo afirmó: “Saldremos en 2027 y ganaremos en 2030”.
Otra figura que podría unirse a esta carrera es Xóchitl Gálvez, quien ha expresado su interés en crear un partido que ofrezca “una visión de país realmente distinta”. No obstante, aún debe decidir si avanzará de forma independiente o si se aliará con agrupaciones como el Frente Cívico, que impulsó su candidatura presidencial el año pasado.
El PRD, que perdió su registro en las elecciones pasadas tras tres décadas de existencia, también buscará regresar al escenario político. El partido definirá si competirá por su cuenta o si se unirá a otras agrupaciones afines.
En el espectro más conservador, el actor Eduardo Verástegui ha anunciado su intención de formar un partido político. Tras no obtener el respaldo necesario para ser candidato presidencial independiente, Verástegui buscará impulsar su agenda en temas como el aborto, el matrimonio igualitario y el cambio climático. De igual forma, el exgobernador panista de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, lidera otro esfuerzo desde la línea yunquista con su organización México Republicano.
Además, algunos partidos extintos, como el PES, Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas, intentarán recuperar su registro. Estas agrupaciones, que desaparecieron tras las elecciones de 2021, buscan una nueva oportunidad en el panorama político.
El INE ha implementado medidas para prevenir anomalías en el proceso, como las que se detectaron en el pasado, cuando organizaciones fueron acusadas de manipular datos de afiliación, usar recursos de sindicatos e iglesias o entregar incentivos a cambio de apoyos. Estas prácticas llevaron al rechazo de varios proyectos, incluyendo el de Margarita Zavala y Felipe Calderón.
Con estas nuevas restricciones y el escrutinio del INE, las organizaciones interesadas enfrentarán un proceso complejo y competitivo en su búsqueda por convertirse en nuevos partidos políticos nacionales. El camino está trazado, pero el éxito dependerá de su capacidad para cumplir con los estrictos requisitos y obtener el respaldo ciudadano necesario.