El exfuncionario mexicano fue condenado en Nueva York por cargos de narcotráfico, delincuencia organizada y falso testimonio. Además de la pena de prisión, deberá pagar una multa de 2 millones de dólares y cumplir con cinco años de libertad condicional.
Este miércoles, el exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, fue sentenciado a 38 años de prisión en una audiencia en la Corte de Brooklyn, Nueva York. La condena también incluye cinco años de libertad condicional y una multa de 2 millones de dólares. García Luna fue encontrado culpable de tráfico de drogas y de haber mentido para obtener la ciudadanía estadounidense.
El juez Brian Cogan, quien presidió la audiencia, dictó el veredicto tras escuchar al exfuncionario mexicano, quien se dirigió a la corte por primera vez desde su arresto. García Luna, que ha permanecido encarcelado en una prisión de Brooklyn durante casi cinco años, fue condenado luego de un juicio celebrado en febrero, donde un jurado lo declaró culpable de varios delitos, incluidos narcotráfico, delincuencia organizada y falsedad ante las autoridades de Estados Unidos.
La audiencia y la sentencia
En la audiencia, García Luna estuvo acompañado por su familia. Su esposa, Cristina Pereyra, su hija y su yerno, llegaron al tribunal con dos horas de anticipación, permaneciendo la mayor parte del tiempo en la cafetería. Durante la espera en la corte, se les observó platicando y riendo, sin mostrar signos de aflicción.
El exsecretario de Seguridad Pública, vestido con un traje gris y corbata morada a rayas, fue escoltado por cuatro agentes del Servicio de Marshals. Antes de escuchar su sentencia, le dijo a su esposa “Te amo” y le envió un beso mientras se tocaba el pecho.
Durante la audiencia, su abogado, César de Castro, intentó reducir la condena argumentando que 20 años en prisión eran suficientes para alguien que ya lo había perdido todo: su fortuna, su reputación y el contacto cercano con su familia. De Castro también criticó al gobierno de México, afirmando que había perjudicado a García Luna y estaba debilitando el Poder Judicial del país.
García Luna se dirigió al juez Cogan, expresando que, aunque la audiencia no era el espacio para defender su inocencia, quería reiterar a su familia y al pueblo de México que no había cometido los delitos de los que se le acusaba. Sin embargo, el juez fue contundente en su respuesta: “Cuando leí los 30 premios que recibió como funcionario en México, en lugar de conmoverme, me quedó claro que eran una fachada para ocultar una doble vida”. El juez Cogan comparó su ceguera con la del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán y añadió: “Su conducta permitió que los criminales actuaran impunemente”.
Protestas fuera de la corte
Mientras se desarrollaba la audiencia, un grupo de manifestantes mexicanos se reunió afuera de la Corte de Brooklyn para exigir una sentencia más severa. Con pancartas en inglés y español que decían “Calderón sí sabía” y “Genaro García Luna representa al PAN”, los manifestantes pidieron cadena perpetua para el exfuncionario, a quien acusaron de haber sido responsable de crímenes cometidos tanto en Estados Unidos como en México.
Los manifestantes también corearon consignas en contra del expresidente Felipe Calderón, señalando que él también debía pagar por el daño que causó durante su mandato, especialmente en relación con la guerra contra el narcotráfico que se implementó entre 2006 y 2012. Entre los gritos de “Calderón, Calderón, te espera la prisión”, los manifestantes expresaron su descontento por la falta de justicia en México en relación con los crímenes cometidos durante ese periodo.
Un caso emblemático de corrupción y narcotráfico
Genaro García Luna fue una figura clave en la estrategia de seguridad del gobierno de Felipe Calderón, liderando la llamada “guerra contra el narcotráfico”. Sin embargo, las acusaciones en su contra revelaron que mientras ostentaba su cargo como responsable de la seguridad pública, estaba involucrado en actividades ilícitas y colaboraba con cárteles de la droga. Su sentencia en Estados Unidos es vista como un hito en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, aunque muchos en México consideran que aún queda mucho por hacer para que se haga justicia en su país.
Con esta condena, García Luna deberá pasar gran parte de su vida en prisión, pagando por los delitos de los que fue encontrado culpable, mientras que su impacto en la historia reciente de México sigue siendo objeto de debate tanto en el ámbito político como en el público.