Descubren fosas clandestinas y crematorios en Teuchitlán, Jalisco
El municipio de Teuchitlán, Jalisco, se convirtió en escenario de un macabro hallazgo: fosas clandestinas y hornos crematorios utilizados por el crimen organizado. El rancho La Estanzuela, con una extensión de aproximadamente 5 mil metros cuadrados, era empleado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para adiestrar jóvenes reclutados con engaños.
Colectivos de búsqueda descubren crematorios clandestinos
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco localizó tres crematorios en el rancho, donde encontraron restos humanos calcinados, dientes y vestigios óseos. A pesar de que las autoridades habían intervenido el sitio en septiembre, no se realizó una inspección exhaustiva debido a la extensión del terreno.
“El lugar estaba lleno de cenizas y huesos carbonizados, señales claras de lo que ahí sucedía”, declararon los buscadores.
Un sobreviviente revela las prácticas del CJNG en el rancho
Uno de los jóvenes que logró escapar reconoció el sitio a través de una transmisión en vivo. Detalló que el rancho contaba con cuartos, baños, una cocina y un altar a la Santa Muerte.

“Nos hacían pasar pruebas de iniciación brutales. Muchos no sobrevivían el primer mes. Entre el hambre, el calor y los castigos, eran demasiados los que caían”, relató la víctima.
Confirmó que los hornos clandestinos eran utilizados para deshacerse de los cuerpos de quienes no resistían o eran asesinados por desobediencia.
Fosas clandestinas y evidencia de un centro de exterminio
El testimonio del sobreviviente reveló que los cadáveres eran desmembrados en una construcción de techo rojo y luego arrojados a pozos excavados en el terreno.

“Los jefes hacían pelear a los reclutas. Si uno caía, el otro tenía que matarlo. Pero incluso el que ganaba, terminaba muerto”, narró el testigo.
Las fosas clandestinas contenían restos carbonizados, junto con montones de ropa y pertenencias de víctimas, incluidas mujeres que también fueron reclutadas bajo engaños.