El presidente suspendido de Corea del Sur se enfrenta a un intento de arresto por parte de agentes anticorrupción, pero encuentra resistencias de militares y de sus propios servicios de seguridad.
En un giro inesperado de los eventos políticos en Corea del Sur, el presidente suspendido Yoon Suk Yeol se encuentra bajo la amenaza de ser arrestado, luego de la orden de arresto emitida por las autoridades judiciales en el marco de una investigación por la declaración de una ley marcial el 3 de diciembre pasado. Este hecho, que generó una grave crisis en el país, marcó la primera vez en la historia democrática de la nación que se impuso una ley marcial.
Yoon Suk Yeol, quien ha sido suspendido de sus funciones por la Asamblea Nacional y está a la espera de una decisión del Tribunal Constitucional sobre su destitución, podría convertirse en el primer presidente surcoreano en ser arrestado durante su mandato. Las acusaciones contra él incluyen “insurrección”, un cargo grave que podría derivar en la cadena perpetua o incluso en la pena de muerte.
El viernes pasado, agentes de la Oficina de Investigación de la Corrupción intentaron llevar a cabo la orden de arresto en la residencia de Yoon en Seúl, donde el presidente permanece desde que se emitió la orden judicial. Sin embargo, el intento se vio bloqueado rápidamente, ya que los agentes fueron detenidos dentro de la vivienda por una unidad militar, seguida de un enfrentamiento con los servicios de seguridad del presidente.
Desde su confinamiento, Yoon ha prometido resistir los intentos de detención y llevar a cabo una lucha legal contra lo que considera una orden de arresto “ilegal e inválida”. Uno de sus abogados, Yoon Kap-keun, insistió en que esta orden de arresto carece de validez, asegurando que su ejecución será impugnada a través de acciones legales.
El entorno en torno a la residencia presidencial está marcado por un fuerte despliegue de fuerzas de seguridad, con más de dos mil agentes y 135 vehículos policiales destinados a evitar cualquier enfrentamiento entre los seguidores de Yoon y los manifestantes opositores. Los partidarios del presidente han estado presentes en los alrededores de la residencia, algunos de los cuales pasaron la noche allí, apoyando a Yoon con cánticos y consignas.
La situación generó una gran tensión política, ya que la crisis comenzó el 3 de diciembre cuando Yoon, en una medida sorpresiva, declaró la ley marcial y movilizó al ejército hacia la Asamblea Nacional. Esto desató una ola de protestas y presiones desde el parlamento, lo que obligó al presidente a retractarse poco después. Desde entonces, Yoon ha desatendido en tres ocasiones las citaciones de los investigadores, lo que llevó a la solicitud judicial para su arresto.
Aunque el equipo legal de Yoon está trabajando para bloquear la orden de arresto ante el Tribunal Constitucional, los investigadores anticorrupción se mantienen firmes en su intención de arrestarlo y trasladarlo a su oficina para un interrogatorio. El presidente suspendido podría permanecer bajo arresto durante un máximo de 48 horas, aunque si los investigadores desean mantenerlo detenido por más tiempo, tendrían que solicitar una nueva orden judicial.
La situación política en Corea del Sur sigue siendo volátil, con un futuro incierto para el presidente y un panorama tenso en el país, marcado por las luchas de poder y las manifestaciones tanto de apoyo como de oposición.