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viernes, noviembre 22, 2024

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Comerciantes de artículos patrios proyectan incremento de ventas del 40% en Cancún

Con la llegada de septiembre, la ciudad se llena de artículos alusivos a las Fiestas Patrias, pero la competencia de productos chinos está afectando la venta de artesanías mexicanas.

Con el inicio de septiembre, las calles de la ciudad comienzan a teñirse de verde, blanco y rojo, anticipando las celebraciones del 15 de septiembre. Los escaparates y mercados locales ofrecen una amplia variedad de artículos patrios, que van desde las tradicionales banderas hasta adornos para el hogar y disfraces temáticos. Los precios de estos productos fluctúan entre los 100 y los 1,000 pesos, dependiendo del tamaño y la complejidad del diseño.

Entre los productos más destacados se encuentran las banderas clásicas, guirnaldas para decorar casas, negocios y oficinas, así como adornos para automóviles. Sin embargo, lo que alguna vez fue una tradición arraigada en los hogares mexicanos, parece estar perdiendo fuerza, ya que cada vez es más común ver estos ornamentos únicamente en comercios y menos en las casas particulares.

Con el paso de los años, la oferta de productos patrios se ha diversificado, incluyendo no solo las clásicas banderas y sombreros, sino también disfraces, bisutería como aretes, pulseras y collares, así como juguetes de madera que ahora son considerados artículos de colección.

Carlos Macías, un vendedor del tradicional mercado 23, comenta que la mayoría de estos productos se fabrican en Atlixco, Puebla, un lugar conocido por su artesanía. Sin embargo, desde hace dos años, los artesanos locales enfrentan una competencia que ellos consideran desleal: la importación de artículos patrios fabricados en China.

“Muchas personas están comprando adornos mexicanos de origen chino, desde banderas, ropa y otros artículos que comercializan aplicaciones como Temu o Aliexpress”, explicó Macías.

Si bien estos productos son visualmente atractivos, son fabricados con materiales de baja calidad que se deterioran fácilmente. Aun así, los consumidores los prefieren debido a su bajo costo en comparación con los productos hechos en México.

Por ejemplo, una camiseta con motivos patrios, que en un supermercado puede costar entre 250 y 300 pesos, se puede adquirir en las aplicaciones chinas por poco más de 100 pesos. Las tradicionales banderitas, que los productores mexicanos venden a partir de 30 pesos cada una, se pueden comprar en lotes de cien unidades por solo 36 pesos en plataformas chinas. Esta competencia ha impactado significativamente las ventas de los artesanos mexicanos, quienes ven cómo sus productos son desplazados por opciones más económicas, pero de menor calidad.

Ante esta situación, algunas campañas en redes sociales han comenzado a pedir a los consumidores que apoyen a los comerciantes locales, optando por productos hechos en México en lugar de los importados.

A pesar de la competencia, los vendedores esperan un aumento del 40% en las ventas durante los días previos al 15 de septiembre. Macías concluye que, aunque la recuperación ha sido lenta, la situación económica más estable y el ánimo de la gente por celebrar como antes de la pandemia están ayudando a que las ventas comiencen a repuntar.

La llegada de los artículos patrios a la ciudad no solo marca el inicio de las celebraciones de independencia, sino que también pone de relieve los desafíos que enfrentan los artesanos mexicanos en un mercado globalizado. A medida que se acerca el 15 de septiembre, el colorido de las fiestas patrias se hace más visible en las calles, mientras los vendedores locales se esfuerzan por mantener vivas las tradiciones mexicanas en un entorno cada vez más competitivo.

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