La Fiscalía General de Guerrero ha iniciado una investigación por el brutal homicidio del alcalde Alejandro Arcos, quien fue encontrado decapitado. Este trágico hecho se suma a una ola de violencia en la entidad, que recientemente cobró la vida de otros funcionarios locales.
El asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, ha conmocionado a la comunidad guerrerense. La Fiscalía General del Estado de Guerrero informó este domingo que está llevando a cabo una investigación para esclarecer los detalles del homicidio, luego de que el cuerpo del edil fuera encontrado decapitado. El trágico suceso ocurrió apenas días después de la muerte violenta de otros funcionarios del municipio.
El pasado jueves, el secretario general del ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, fue asesinado a balazos a pocas cuadras del Palacio Municipal. Este lamentable episodio fue antecedido por el homicidio de Ulises Hernández Martínez, exdirector de la Unidad de Fuerzas Especiales de Guerrero, ocurrido la semana anterior. Estos crímenes forman parte de una alarmante escalada de violencia que ha puesto en vilo a la región.
Reacciones políticas y condenas
El asesinato de Alejandro Arcos Catalán fue confirmado por el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, quien a través de su cuenta en la red social X, lamentó profundamente la violencia que ha cobrado la vida del alcalde y de otros miembros de su equipo. “Llevaban menos de una semana en el cargo. Funcionarios jóvenes y honestos que buscaban el progreso para su comunidad”, expresó Moreno, quien envió sus condolencias a las familias afectadas por los recientes hechos.
Por su parte, el PRI emitió un comunicado en el que condenó enérgicamente el asesinato de Arcos, calificando el crimen de “cobarde” y exigiendo justicia inmediata. “¡Basta ya de violencia e impunidad! Las y los guerrerenses no merecen vivir con miedo”, señaló el partido a través de sus redes sociales, enfatizando la necesidad urgente de poner fin a la inseguridad que azota la región.
El alcalde Alejandro Arcos Catalán había tomado posesión de su cargo apenas el 30 de septiembre, tras haber ganado las elecciones locales en junio. Junto con Tapia Gutiérrez, formaba parte de un nuevo gobierno municipal que aspiraba a generar cambios positivos en Chilpancingo. Sin embargo, la ola de violencia que ha afectado al municipio ha truncado estas aspiraciones.
Luto y movilización en Guerrero
La gobernadora del estado, Evelyn Salgado, también expresó su indignación y dolor ante el asesinato del alcalde y el secretario general del ayuntamiento. A través de sus redes sociales, manifestó: “Su pérdida enluta a toda la sociedad guerrerense y nos llena de indignación”. Salgado aseguró que se intensificarán los operativos de vigilancia en Chilpancingo para garantizar la seguridad de la población y prometió que se trabajará para dar con los responsables de este atroz crimen.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Guerrero también se pronunció ante la tragedia, calificando el asesinato del alcalde como “un golpe devastador” no solo para su familia, sino para todo Chilpancingo y el estado. Exigieron que se haga justicia y que no se permita que este crimen quede impune. “Es fundamental que se identifique y se castigue a todos los responsables”, señalaron.
Acusaciones sobre la violencia en el estado
El senador priista Rubén Moreira, por su parte, no dudó en responsabilizar al gobierno estatal por la falta de control sobre la violencia que impera en la entidad. En un mensaje en X, Moreira acusó que Guerrero se ha convertido en un “narcoestado” y exigió que se castigue a los responsables del asesinato del alcalde de Chilpancingo. “No hay Estado. ¿Qué le pasa al país? ¿Por qué no se combate al crimen? La estrategia de seguridad falló y quienes la defienden son unos irresponsables. ¿Dónde está la gobernadora?”, cuestionó el legislador.
Escalada de violencia en Guerrero
El asesinato de Alejandro Arcos es el más reciente en una serie de homicidios que han sacudido a Guerrero en las últimas semanas, poniendo de manifiesto la grave crisis de seguridad que enfrenta la entidad. La creciente presencia de grupos criminales y la debilidad de las instituciones locales han creado un ambiente de inseguridad que afecta tanto a funcionarios públicos como a la ciudadanía en general.
A medida que la investigación avanza, se espera que las autoridades estatales y federales redoblen esfuerzos para esclarecer este y otros crímenes recientes. La sociedad guerrerense, mientras tanto, sigue exigiendo paz y justicia en medio de la creciente ola de violencia que azota la región.