El líder iraní fallece en medio de crecientes tensiones con Israel y deja al país en un momento crítico.
Ebrahim Raisi, presidente de Irán, falleció a los 63 años, según confirmó el gobierno de la República Islámica. La muerte del líder de una de las principales potencias del Medio Oriente ocurre en un contexto de crecientes tensiones con su enemigo jurado, el Estado de Israel.
Cientos de personas se han congregado en el mausoleo de Imán Reza, ubicado en la ciudad nororiental de Mashad, para rezar por el presidente iraní. Esta movilización se produjo tras el accidente del helicóptero en el que viajaba Raisi, el cual sufrió un “aterrizaje forzoso”.
La televisión estatal iraní transmitió imágenes de las oraciones en el mausoleo de Imán Reza, el octavo imán chií, situado en Mashad, ciudad natal de Raisi. Los feligreses rezaban el “tawsassul”, una invocación dirigida a Dios, liderados por un clérigo, según mostró la televisión.
El helicóptero que transportaba a Raisi, junto al ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, y el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malik Rahmati, se encuentra en paradero desconocido después de realizar un “aterrizaje forzoso” en el noroeste del país. El estado de los acompañantes y del mandatario sigue siendo incierto.
Raisi, conocido por su postura ultraconservadora, asumió la presidencia en 2021 tras ganar unas elecciones que registraron la participación más baja en la historia de la República Islámica. Durante su mandato, la represión contra activistas, mujeres y críticos del régimen se ha intensificado.
La muerte de Raisi representa un momento crítico para Irán, que ahora se enfrenta a un vacío de poder en medio de una situación geopolítica delicada y una creciente presión interna e internacional.